LAE – Capítulo 1 Mirar el surco y luego, las estrellas

Buenos días, ¿cómo están?
Estamos muy contentos de presentarles el #1 capítulo de La Aventura Escultórica “Mirar el surco y luego, las estrellas”.

 

Acá, un poco de lo que se trata el mismo:

 

La aventura escultórica es una experiencia llena de tópicos clarificadores porque, qué somos sino todas estas esculturas  dentro de una  ciudad que se nos escapa de entre las manos; que se nos va hacia arriba parafraseando a Mujica Lainez.

 

Desde 1500, o un poco antes, entre América y Europa se abrieron trayectos de ida y vuelta en los que intercambios de todo tipo enriquecieron y empobrecieron el mundo como pocas veces antes. En esta primera sección nos detenemos en algunas de las manifestaciones inaugurales de nuestra provincia y cultura, para transitar de manera consciente un camino identitario que, si miras para arriba, está cubierto de estrellas.

 

Pareciera imposible o, al menos difícil, describir el momento previo a la definición de un camino. Pero como describe Marcelo Nieto, “las brisas del arte soplan caprichosamente” en nuestra región y el nuevo plan maestro de convertir a Resistencia en una ciudad escultórica —y de veredas ajardinadas— no solo se ejecutó junto a la oleada poblacional durante la transición de territorio a provincia. Sino también después de la llegada de los hermanos Boglietti.

 

Bienes inventariados del padre Klein, la existencia irrevocable de la Condesa Le Saige y sus baúles repletos de arte. Todo sucedió en un escenario (este escenario) de tierras pródigas donde inmigrantes y nativos se encontraban para entrecruzarse o trabajar la tierra.

 

Sin seguir teorías absolutas, partimos de archivos históricos para rumbear entre las contradicciones que nos salpican justificaciones de los caminos sociales tomados.

 

Cafés, ateliers, buhardillas gente pensando distinto, muchos que no. Donovan y la loba Romana como los primeros habitantes de materia inmortal.  Instalaciones de piedras que comienzan a interactuar con nuestra conciencia colectiva e inspiran un cambio responsable y sostenible en la sociedad. La Peña de los Bagres y el Ateneo de Chaco, como plataformas de despliegue y conjura que, después de años, forman este complejo ADN cultural y estético de nuestra ciudad.

 

Desde los primeros concursos en la plaza 25 de mayo hasta las distintas ediciones de la Bienal Internacional de las Escultura. Nuestra ciudad hoy se posiciona como capital de las esculturas con casi 700 obras en el espacio público; Y aspira a seguir expandiéndose en 2022 por los que “la habitaron antes de que diera el gran salto hacia las nubes” por los que vendrán.

 

Gracias por leernos. Para leer el #1 capítulo de La aventura escultórica, click aquí.