En los bosques de la Cangayé

1 de Diciembre, 2021 | Capítulo 3

Por Marcelo Nieto

La escena es bucólica. Se ven los bosques y prados de La Cangayé. El cacique Paykín, caporal del Chaco y el gobernador de Tucumán Gerónimo Matorras se dan las manos en signo de unión y paz.

 

Transcurre en el corazón de la selva chaqueña, una ceremonia solemne y pomposa, bajo un algarrobo los toldos de terciopelo. Se ven las tropas vestidas de gala, los séquitos del cacique mocoví y otros principales convidados: Lachirikin, Coglocoikin, Alogoikin, Quiaagarí, los tobas Quiyquiyrí y Quetaido… Se aprecian las tolderías en el horizonte, la flora, los espesos bosques…

 

El cuadro rememora la entrevista que sostuvieron Matorras y Paykín, pintado por el salteño Tomás Cabrera. De él habló Sarmiento en Recuerdos de Provincia, llamándolo el “Miguel Ángel americano”.

 

Las Paces, fue pintado aquel año del encuentro de dos mundos, 1774, pero a partir de los dibujos del ingeniero Julio Ramón César que acompañó a Matorras en la expedición.

Es un hito singular y relevante en la historia del arte: Se trata del primer cuadro histórico del territorio argentino –conservado en el Museo Histórico Nacional ¡Y ese primer cuadro de estilo barroco americano, retrata la naturaleza chaqueña y sus hombres!

 

Como corolario poético, agregamos: Durante el encuentro, el español mandó a grabar en el tronco de un vinal: “Año de 1774. Paces entre el Sr. Don Gerónimo Matorras, Gobernador del Tucumán, y el cacique Paykín, Primer Caporal del Chaco”.

 

Bien podemos decir que el primer tallado conmemorativo en una madera chaqueña acaeció en 1774. Por años, otras expediciones posteriores hallaron el grabado; esa corteza esculpida atestiguó un momento efímero, pero culminante de sensatez, respeto y diálogo.

 

No hemos de continuar con nuestro propósito de reseñar la historia del arte en el Chaco y de las esculturas sin detenernos un momento más en el universo indígena.

 

A modo de relaciones y concatenaciones posibles, hallamos un testimonio sugestivo que, habida cuenta de la amplitud del territorio del arte contemporáneo, podría hoy catalogarse como un happening:

 

Varios pueblos indígenas, tenían una fiesta principal, para la cual desmalezaban un campo donde plantaban dos troncos sin corteza. Los hombres danzaban con cánticos sombríos e iban pintando en los palos la piel del animal que festejaban.

 

Blas Joaquín de Brizuela, describe la fiesta del tigre con esta expresión: “…Y después que se embijan con varios colores, y engalanan a su modo con plumas, abalorios y demás baraterías que adquieren, empiezan sus bailes, varones y hembras, y cada día de los que dura la fiesta, van poniendo una pintura en los palos, exclamando al tigre en sus lamentosos cánticos, que no les tome sus hijos. Duran estas fiestas hasta que se concluyan sus bebidas, y pocas se acaban sin que haya entre ellos heridas y muertes”.

 

Contenidos: Virgina Quirelli

Arte: Brian Ariel Dufek

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1 de Diciembre, 2021 | Capítulo 3

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La escena es bucólica. Se ven los bosques y prados de La Cangayé. El cacique Paykín, caporal del Chaco y el gobernador de Tucumán Gerónimo Matorras se dan las manos en signo de unión y paz.

 

Transcurre en el corazón de la selva chaqueña, una ceremonia solemne y pomposa, bajo un algarrobo los toldos de terciopelo. Se ven las tropas vestidas de gala, los séquitos del cacique mocoví y otros principales convidados: Lachirikin, Coglocoikin, Alogoikin, Quiaagarí, los tobas Quiyquiyrí y Quetaido… Se aprecian las tolderías en el horizonte, la flora, los espesos bosques…

 

El cuadro rememora la entrevista que sostuvieron Matorras y Paykín, pintado por el salteño Tomás Cabrera. De él habló Sarmiento en Recuerdos de Provincia, llamándolo el “Miguel Ángel americano”.

 

Las Paces, fue pintado aquel año del encuentro de dos mundos, 1774, pero a partir de los dibujos del ingeniero Julio Ramón César que acompañó a Matorras en la expedición.

Es un hito singular y relevante en la historia del arte: Se trata del primer cuadro histórico del territorio argentino –conservado en el Museo Histórico Nacional ¡Y ese primer cuadro de estilo barroco americano, retrata la naturaleza chaqueña y sus hombres!

 

Como corolario poético, agregamos: Durante el encuentro, el español mandó a grabar en el tronco de un vinal: “Año de 1774. Paces entre el Sr. Don Gerónimo Matorras, Gobernador del Tucumán, y el cacique Paykín, Primer Caporal del Chaco”.

 

Bien podemos decir que el primer tallado conmemorativo en una madera chaqueña acaeció en 1774. Por años, otras expediciones posteriores hallaron el grabado; esa corteza esculpida atestiguó un momento efímero, pero culminante de sensatez, respeto y diálogo.

 

No hemos de continuar con nuestro propósito de reseñar la historia del arte en el Chaco y de las esculturas sin detenernos un momento más en el universo indígena.

 

A modo de relaciones y concatenaciones posibles, hallamos un testimonio sugestivo que, habida cuenta de la amplitud del territorio del arte contemporáneo, podría hoy catalogarse como un happening:

 

Varios pueblos indígenas, tenían una fiesta principal, para la cual desmalezaban un campo donde plantaban dos troncos sin corteza. Los hombres danzaban con cánticos sombríos e iban pintando en los palos la piel del animal que festejaban.

 

Blas Joaquín de Brizuela, describe la fiesta del tigre con esta expresión: “…Y después que se embijan con varios colores, y engalanan a su modo con plumas, abalorios y demás baraterías que adquieren, empiezan sus bailes, varones y hembras, y cada día de los que dura la fiesta, van poniendo una pintura en los palos, exclamando al tigre en sus lamentosos cánticos, que no les tome sus hijos. Duran estas fiestas hasta que se concluyan sus bebidas, y pocas se acaban sin que haya entre ellos heridas y muertes”.

 

Contenidos: Virgina Quirelli

Arte: Brian Ariel Dufek

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