29 de julio, 2023 | Capítulo 30.3
Llegar al barrio de Flores es como ser testigo de un paréntesis, de uno de los apartados urbanos que tiene la enorme polis Buenos Aires. Hacía allí vamos, al encuentro de Oscar y Juan Carlos Un vistazo helado del hacinamiento y lo gris antes de llegar a esa calle adoquinada de casas bajas y patios españoles.
Juan Carlos Visconti egresó de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano, Prilidiano Pueyrredón y de la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova. El Fondo Nacional de las Artes y la Embajada de Italia le otorgaron la beca “Francesco Romero” en la especialidad Escultura, cursando estudios en la Academia de Florencia y de Carrara. Se desempeñó como docente en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, Ernesto de la Cárcova en el IUNA y en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Recibió premios y distinciones por su labor gráfica y escultórica otorgados por la Subsecretaría de Cultura de la Nación, el CAYC, la Municipalidad de la Provincia de San Luis, la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, la galería Clepsidra de Bogotá, etcétera. Participó en numerosas muestras colectivas, entre otras: el Salón de Artes Plásticas “Manuel Belgrano”, el Salón Nacional, el Salón de la Provincia de Santa Fe, en la 17eme “Semaine de Quilly Argentina” en la Comuna de Bretteville-sur-laize (Francia), el Museo de la Fundación “Rómulo Raggio” en Vicente López, en el Museo Kin Yun Shin, etc. Expuso en el Museo Yrurtia, en el teatro San Martín, en el Centro Cultural del Sur, en el Centro Cultural Recoleta, en el Club Italiano, en el Concejo Deliberante, en el Museo Sívori, en la estación de subterráneo José Hernández Línea D, en el Museo Perlotti, en la Comuna de Bretteville-sur-laize, Francia, etcétera.
Oscar de Bueno es Profesor Nacional de Escultura (Medalla de Oro), Licenciado en Artes Visuales – Escultura (CUM LAUDE) y Profesor de Arte en Artes Visuales. Ha participado en más de cien muestras y eventos de escultura en: Museo Nacional de Bellas Artes, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Museo Eduardo Sívori, Museo Enrique Larreta, Museo Luis Perlotti, Fondo Nacional de las Artes, Centro Cultural General San Martín, Galería de Arte Universidad Católica de Chile, Centro Cultural Borges, Espace Edf Electra y Galerie Argentine (París), Quinta Trabucco entre otros. Dicta cursos y seminarios en Argentina y ha integrado jurados en certámenes de plástica oficiales y privados. PoseeN obras suyas colecciones oficiales y privadas. Algunas otras obras se encuentran también emplazadas en espacios públicos de las ciudades de Buenos Aires, Resistencia, Mar del Plata, General Roca, Carlos Casares, San Martín de los Andes, San Bernardo, Vicente López y Cipolletti.
Ha expuesto colectivamente en el Museo Nacional de Bellas Artes, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Espase EDF Electra y Galerie Argantine. París. Francia, Fondo Nacional de las Artes, Museo “Larreta”, Museo de Escultura “Luis Perlotti”, Centro Cultural San Martín, entre muchos otros.
¿Toman mate? dijo Oscar, antes de que demos el primer paso de ingreso. Si, dijimos ambos. Una casa-arte, así puede ser descripto el hogar de Oscar, que nos escoltó paso a paso, por la casa, hasta llegar a la cocina. Primero en su living – comedor para luego conducirnos a través de un pasillo hacia su cocina. Testimonio de una vida vivida por el arte, diferentes obras plásticas y escultóricas habitan el espacio como si de un pequeño museo se tratara; hierro, mármol, madera, entre otros materiales. Al final del pasillo logramos divisar una silueta que vestía un suéter azul oscuro, de hombros anchos y cabeza blanca. Juan Carlos Visconti se puso de pie para saludarnos con firmeza y calidez en una cocina que parecía el muestrario de una vida: fotos, premios, mini esculturas, vajillas y una pava que hervía para un mate ya dispuesto a ser cebado.
Luego del desgrabado de más de dos horas y media de intercambio, logramos afianzar tópicos como el por qué y la tradición de los calcos en Argentina y el mundo, la primera llegada, en el marco del centenario de la República Argentina, del calco -que se presume de primera agua- de la escultura de Miguel Ángel en 1910 de la mano de Eduardo Schiaffino, su consecuente rearmado y una actualidad de innovación tecnológica.
¿CUÁL ES LA HISTORIA DEL CALCO EN ARGENTINA Y EL MUNDO?
Juan Carlos Visconti
Hay tres etapas en el calco: una que va desde el siglo XV hasta, aproximadamente, los años 1950-1960, que aparece la silicona, lo cual alivia y favorece la realización y, posteriormente, en la década del 90, con la aparición del escáner y la tecnología 3D se abre un mundo diferente.
Los calcos existen desde tiempos inmemorables, a partir del Siglo XV en el Renacimiento por los escultores, luego, lo usa la corte y, más adelante, lo empiezan a usar los reyes y empieza a tener cierto auge a partir del 1800 cuando, con la utilización práctica que le dan los escultores, aparece la restauración como disciplina, cobra importancia, porque es la manera de conservar la memoria concreta de la escultura. Los originales no son fáciles de ser transportados, mucho menos una obra como el David de más de cinco toneladas y media, que está todo en un solo bloque de mármol, una obra que nunca va a salir de Italia, es más, una obra que nunca va a dejar su patria.
El calco, históricamente, funcionó para el aprendizaje tanto de los escultores como el ciudadano común. Esto de poder ver en tridimensión una obra, saber cuánto es el volumen con respecto al espacio y demás, es fundamental. Desde la parte educativa la innovación es indispensable y por parte de la conservación también. Hay un montón de obras que, por vandalismo o circunstancias de otro orden, son continuamente deterioradas y una manera de conservarlas es, resguardarlas en un museo y suplantarlo por un calco, que es la técnica común aplicada en el presente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Berlín fue bombardeada y muchos calcos resultaron dañados. Entre ellos, un calco Maya del que nosotros poseíamos en el museo nuestra propia copia. Además, el original estuvo en México expuesto mucho tiempo a la intemperie sufriendo un deterioro grande. Es entonces que recuerdo la visita de un antropólogo de Ecuador que estaba emocionado hasta las lágrimas porque de pronto había visto en este calco detalles que se habían perdido del original.
Todo esto vuelve al calco un símbolo irremplazable para la educación, la conservación, la restauración y ahora con estas nuevas técnicas como las que están empleando en el David para llevarlo a Resistencia, también. Con la aparición del escáner y las impresoras 3D se abre otro mundo completamente diferente; Piensen que un calco y los moldes para hacer ese calco tanto como para almacenarlos se necesitaban barracas gigantes y ahora una simple base de datos es suficiente.
EL PRIMER CALCO DEL DAVID EN BUENOS AIRES
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
Un calco de primera agua implica, en cierto sentido, un calco de fidelidad única. El término asevera que un calco que se presume es de “primera agua” o “primera colada”, tiene su lugar de nacimiento en el seno primero de la obra original. 1910 fue el año en el que se cumplía el Centenario de la República Argentina y veían con buenos ojos la prosperidad de nuestro suelo. Eduardo Schiaffino, quien a los dieciocho años fundó la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, basamento de la Academia Nacional de Bellas Artes y, junto a otros académicos e intelectuales del siglo XX como Leopoldo Lugones y Rubén Darío, fundó el Ateneo de Buenos Aires. Fue uno de los encargados, mientras presidía el Museo Nacional de Bellas Artes, en incorporar más de 3000 obras al país entre las que —se supone— se encontraba un calco de primera colada de el David de Miguel Ángel.
Visconti narra con la seriedad de un docente la sucesión de hechos que, aclara, son de tradición oral y propia:
Schiaffino fue el primer director del Museo Nacional de Bellas Artes nombrado en 1895. Fue el encargado de traer obras a la argentina, es más, le dieron un presupuesto y lo encargaron exclusivamente para toda esa tarea; él compraba obras de arte originales y también calcos y se exponían todas a la vez. Es decir, no existía una distinción significativa entre las obras y los calcos. Esa situación y entendimiento sobre el arte y el calco, como cualquier paradigma, pasado el tiempo, cayó en descrédito. Se pasó a valorar solamente la obra única lineamiento que terminó terminó de consolidarse en 1930. Dada esta modalidad prácticamente todos los calcos que habían en los museos fueron siendo relegados. En la actualidad, sin embargo, vuelve a cobrar impulso y validez la vigencia de calcos, sobre todo en la parte de conservación, restauración y patrimonio.
¿CÓMO LLEGÓ EL DAVID AL MUSEO ERNESTO DE LA CÁRCOVA?
Juan Carlos Visconti nos relata parte de la tradición oral que se conocía y fué transmitida por parte de docentes y escultores de los espacios que habitó el David tras su llegada al país hasta los de los años 60 donde (fraccionado, divido en partes) fue a parar al museo de la Cárcova.
El David después de su llegada al país estuvo expuesto en espacios que tenían la suficiente altura para contenerlo, como el Teatro San Martín y también -unos cuantos años- en una escuela técnica que es llamada Manuel Belgrano. Ahí es donde la pieza sufrió algunos daños severos porque los alumnos se subían arriba del calco y lo intervenían. La misma quedó escrita más o menos hasta la pelvis, que era la altura que los chicos lograban alcanzar. Posterior a esto, luego de los años que estuvo expuesta a la semi-intemperie, la superficie se vió perjudicada, por ende, la reconstrucción fue más complicada aún.
En el año 1960 el calco del David en partes (fraccionado) fue a parar al Museo de la Cárcova. El mismo se mantuvo así hasta finales de los 1970, cuando un equipo de escultores y artistas del museo decidieron rearmarlo. Más precisamente en el año 1981 se concretó el rearmado del David en la ciudad de Buenos Aires, Visconti nos detalla su labor en el armado:
EL REARMADO
Juan Carlos Visconti
En 1981 formé parte del equipo de rearmado del David. En ese momento, en la Cárcova había una restauradora y uno de los objetivos era precisamente el armado del David, que había estado durante muchos años debajo de una casilla un tanto precaria, debajo de una de las tipas que hay en la escuela. Había un equipo que estaba formado por ella, el maestro del taller Rodríguez, que era escultor, y fueron ellos quienes comenzaron la tarea. Luego me convocaron, hacía unos pocos años había egresado de la Escuela Superior. Con ellos se hizo todo el resto del trabajo, yo ayudé a terminar de armarlo, patinarlo y encajar las piezas. estaba armado de los pies hasta la pelvis nada más. Desencajados quedaban los brazos, el torso y la cabeza de entre cinco piezas que había que reunir. Torso y cabeza eran huecos, y de un espesor considerable, imagínense que la figura es grande y encastraban todos perfectamente.
Todo se manejaba por una ventanita que hay en la espalda de la pieza, llamada tassel. Por ahí se manipulaba y se estiraba con un tensor y un cable -del ancho de un cable de ascensor-. Teniendo en cuenta que el torso estaba digamos en la espalda, tres cuartos del cuerpo arriba, por ahí uno introducía la mano y empezaba a maniobrar y a manipular logrando tensar lo suficiente el cable y encajando todas las partes con presión.
DAVID SOCIAL, HISTÓRICO Y RELIGIOSO
Oscar de Bueno
Hay que ir entendiendo de a poco por qué esta la importancia, por qué esta obra, y por qué Fabriciano tuvo este sueño que por suerte se va concretando. Esta obra en principio tenía por finalidad representar una escena bíblica del antiguo testamento: el David que en su adolescencia enfrentó al gigante Goliat, el guerrero que dominaba su pueblo y cómo lo venció. Lo venció como dicen: con cinco piedritas, inteligencia y valentía. Esta escena bélica Miguel Ángel representa de otra manera. Todos los escultores encarnaban el momento posterior a la victoria, es decir, ya con la cabeza cortada y el David con la espada. Porque después que lo vence, lo noquea con la piedra, con la hondera, y le corta la cabeza. Pues bien, Miguel Ángel lo reproduce de otra manera. Lo representa en el momento previo a la pelea, por eso la tensión. Ahora, esta obra cobra importancia porque deja de ser algo bíblico – religioso y se transforma en una obra cívica con peso político. La obra iba a ser emplazada en la Catedral de Florencia y cuando ven la envergadura de la pieza en aquel momento político, -pensemos que esta obra se la encargan a Miguel Ángel cuando él regresa a Florencia después que son destituidos los Medici y se establece la democracia- deciden emplazarla en la Piazza della Signoria. Entonces el David deja de ser algo meramente religioso, y se transforma en una obra civil en donde el David representa la democracia, representa la belleza interna del ser humano, pero también representa la belleza de Florencia.
Es por eso que se armó un comité de 30 personas en aquel momento, constituida por personalidades como Boticelli, Leonardo Da Vinci, entre otros. Hubo debate por ver dónde se lo emplazaban y propusieron la Piazza della Signoria frente al Palazzo Vecchio, es decir, salió del centro neurálgico religioso que conllevaba catedral e iba al centro del poder cívico. Miguel Ángel apoyó la idea, y fue llevada a cabo. Estuvo allí hasta fines del siglo XIX. En 1870 fue trasladada al interior de la academia donde la vemos hoy.
PRIMER DESNUDO Y CONTRAPOSTO
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
Luego de entre seis y siete siglos en los que la censura del medioevo pesó sobre el quehacer escultórico y artístico, Miguel Ángel, cita la tradición del desnudo propio en la antigüedad y lo ejecuta a la perfección en su David. El desnudo significó, tradicionalmente, un símbolo de libertad; Miguel Ángel retrató la libertad y la verdad del ser humano. El Renacimiento -XV y XVI- ponía al ser humano en el centro de todo, del estudio, del análisis, y se desmarcaba del medioevo, que era dogmático y cerrado. A su vez, Miguel Ángel Bonarotti presenta con el David un contraposto, una manera muy utilizada por los escultores para darle ritmo a la posición humana. Esta técnica viene de la contraposición, por lo que las piezas de estas características en vez de apoyarse en las dos piernas, se apoyan más en una, el cuerpo resulta compensado. Si el miembro inferior izquierdo es el que está tensionado, el miembro superior derecho está relajado. Este recurso fue implementado por los griegos y luego lo tomaron los escultores romanos, en el Renacimiento.
Ahora, y para finalizar este repaso sobre la pieza original de Miguel Ángel, lo que nos llama la atención es la posición, que es sustancialmente o sensiblemente diferente a los otros. Si observan minuciosamente verán que las piernas se encuentran más separadas de lo que suelen estar los contrapostos. Esto se debe a que cuando a Miguel Ángel le encargan la obra y toma posesión del bloque de mármol para la misma, ese bloque ya había sido trabajado por un par de escultores que abandonaron la tarea por imposibilidad de concretar el proyecto.
RESISTENCIA: PUERTO SEGURO
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
La obra del David de Miguel Ángel se transformó, como dijimos, en una obra cívica representativa de la belleza de Florencia y de la democracia y fue vandalizada justamente por eso. Antes Oscar estaba señalando el hecho de que querían emplazarla frente a la Catedral o en el Palazzo Vecchio y eso determina el carácter de la obra también. Porque si hubiese puesto en la catedral, hubiera quedado bien asignado el carácter religioso en cambio y, al ponerlo frente al Palazzo Vecchio, se potencia la intencionalidad política de aquel emplazamiento. Algo de suma relevancia en las obras es su entorno; es importante resaltar que la gente cumple un rol fundamental dentro del espacio simbólico que rodea la obra. El entorno completa, de alguna manera, aquella frase “el contexto hace el texto”. Esto pasa en todo el mundo: las obras cobran este carácter simbólico y no lo maneja nadie; es el pueblo, el público, el transeúnte.
En Buenos Aires, la Pirámide de Mayo se ha constituido como el centro, el eje de todo tipo de manifestación política y social, de la defensa de los derechos humanos, algo que superó totalmente a la pirámide -mal llamada pirámide- en sí: este obelisco que fue creado para simbolizar a los héroes de las primeras batallas, a los que murieron en 1810, a los primeros mártires, los que dieron la sangre para la patria.
Como fenómeno social hay que estar atento a eso, hay que seguirlo, no tengo ninguna duda de que cuando se emplace en Resistencia este David va a cobrar también una relevancia dentro del público. Yo siempre digo que caminar por las calles de Resistencia es tomar una clase primero de la escultura argentina, ya que están casi todos los escultores y escultoras argentinos, sino que también de la escultura internacional de los últimos 30-35 años, esto enmarcado en las Bienales que determinan hacia dónde va la disciplina de la escultura. No por nada Resistencia ha sido declarada la capital nacional de las esculturas y sabemos que hay un seguimiento de la UNESCO para una futura declaración como patrimonio cultural de la humanidad por las esculturas.
Contenidos: Guido Moro y Virginia Quirelli
Arte: Brian Ariel Dufek
Editor: Marcelo Nieto
29 de julio, 2023 | Capítulo 30.3
Llegar al barrio de Flores es como ser testigo de un paréntesis, de uno de los apartados urbanos que tiene la enorme polis Buenos Aires. Hacía allí vamos, al encuentro de Oscar y Juan Carlos Un vistazo helado del hacinamiento y lo gris antes de llegar a esa calle adoquinada de casas bajas y patios españoles.
Juan Carlos Visconti egresó de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano, Prilidiano Pueyrredón y de la Escuela Superior Ernesto de la Cárcova. El Fondo Nacional de las Artes y la Embajada de Italia le otorgaron la beca “Francesco Romero” en la especialidad Escultura, cursando estudios en la Academia de Florencia y de Carrara. Se desempeñó como docente en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, Ernesto de la Cárcova en el IUNA y en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Recibió premios y distinciones por su labor gráfica y escultórica otorgados por la Subsecretaría de Cultura de la Nación, el CAYC, la Municipalidad de la Provincia de San Luis, la Secretaría de Cultura de la Provincia de Santa Fe, la galería Clepsidra de Bogotá, etcétera. Participó en numerosas muestras colectivas, entre otras: el Salón de Artes Plásticas “Manuel Belgrano”, el Salón Nacional, el Salón de la Provincia de Santa Fe, en la 17eme “Semaine de Quilly Argentina” en la Comuna de Bretteville-sur-laize (Francia), el Museo de la Fundación “Rómulo Raggio” en Vicente López, en el Museo Kin Yun Shin, etc. Expuso en el Museo Yrurtia, en el teatro San Martín, en el Centro Cultural del Sur, en el Centro Cultural Recoleta, en el Club Italiano, en el Concejo Deliberante, en el Museo Sívori, en la estación de subterráneo José Hernández Línea D, en el Museo Perlotti, en la Comuna de Bretteville-sur-laize, Francia, etcétera.
Oscar de Bueno es Profesor Nacional de Escultura (Medalla de Oro), Licenciado en Artes Visuales – Escultura (CUM LAUDE) y Profesor de Arte en Artes Visuales. Ha participado en más de cien muestras y eventos de escultura en: Museo Nacional de Bellas Artes, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Museo Eduardo Sívori, Museo Enrique Larreta, Museo Luis Perlotti, Fondo Nacional de las Artes, Centro Cultural General San Martín, Galería de Arte Universidad Católica de Chile, Centro Cultural Borges, Espace Edf Electra y Galerie Argentine (París), Quinta Trabucco entre otros. Dicta cursos y seminarios en Argentina y ha integrado jurados en certámenes de plástica oficiales y privados. PoseeN obras suyas colecciones oficiales y privadas. Algunas otras obras se encuentran también emplazadas en espacios públicos de las ciudades de Buenos Aires, Resistencia, Mar del Plata, General Roca, Carlos Casares, San Martín de los Andes, San Bernardo, Vicente López y Cipolletti.
Ha expuesto colectivamente en el Museo Nacional de Bellas Artes, Centro Cultural Recoleta, Palais de Glace, Espase EDF Electra y Galerie Argantine. París. Francia, Fondo Nacional de las Artes, Museo “Larreta”, Museo de Escultura “Luis Perlotti”, Centro Cultural San Martín, entre muchos otros.
¿Toman mate? dijo Oscar, antes de que demos el primer paso de ingreso. Si, dijimos ambos. Una casa-arte, así puede ser descripto el hogar de Oscar, que nos escoltó paso a paso, por la casa, hasta llegar a la cocina. Primero en su living – comedor para luego conducirnos a través de un pasillo hacia su cocina. Testimonio de una vida vivida por el arte, diferentes obras plásticas y escultóricas habitan el espacio como si de un pequeño museo se tratara; hierro, mármol, madera, entre otros materiales. Al final del pasillo logramos divisar una silueta que vestía un suéter azul oscuro, de hombros anchos y cabeza blanca. Juan Carlos Visconti se puso de pie para saludarnos con firmeza y calidez en una cocina que parecía el muestrario de una vida: fotos, premios, mini esculturas, vajillas y una pava que hervía para un mate ya dispuesto a ser cebado.
Luego del desgrabado de más de dos horas y media de intercambio, logramos afianzar tópicos como el por qué y la tradición de los calcos en Argentina y el mundo, la primera llegada, en el marco del centenario de la República Argentina, del calco -que se presume de primera agua- de la escultura de Miguel Ángel en 1910 de la mano de Eduardo Schiaffino, su consecuente rearmado y una actualidad de innovación tecnológica.
¿CUÁL ES LA HISTORIA DEL CALCO EN ARGENTINA Y EL MUNDO?
Juan Carlos Visconti
Hay tres etapas en el calco: una que va desde el siglo XV hasta, aproximadamente, los años 1950-1960, que aparece la silicona, lo cual alivia y favorece la realización y, posteriormente, en la década del 90, con la aparición del escáner y la tecnología 3D se abre un mundo diferente.
Los calcos existen desde tiempos inmemorables, a partir del Siglo XV en el Renacimiento por los escultores, luego, lo usa la corte y, más adelante, lo empiezan a usar los reyes y empieza a tener cierto auge a partir del 1800 cuando, con la utilización práctica que le dan los escultores, aparece la restauración como disciplina, cobra importancia, porque es la manera de conservar la memoria concreta de la escultura. Los originales no son fáciles de ser transportados, mucho menos una obra como el David de más de cinco toneladas y media, que está todo en un solo bloque de mármol, una obra que nunca va a salir de Italia, es más, una obra que nunca va a dejar su patria.
El calco, históricamente, funcionó para el aprendizaje tanto de los escultores como el ciudadano común. Esto de poder ver en tridimensión una obra, saber cuánto es el volumen con respecto al espacio y demás, es fundamental. Desde la parte educativa la innovación es indispensable y por parte de la conservación también. Hay un montón de obras que, por vandalismo o circunstancias de otro orden, son continuamente deterioradas y una manera de conservarlas es, resguardarlas en un museo y suplantarlo por un calco, que es la técnica común aplicada en el presente.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Berlín fue bombardeada y muchos calcos resultaron dañados. Entre ellos, un calco Maya del que nosotros poseíamos en el museo nuestra propia copia. Además, el original estuvo en México expuesto mucho tiempo a la intemperie sufriendo un deterioro grande. Es entonces que recuerdo la visita de un antropólogo de Ecuador que estaba emocionado hasta las lágrimas porque de pronto había visto en este calco detalles que se habían perdido del original.
Todo esto vuelve al calco un símbolo irremplazable para la educación, la conservación, la restauración y ahora con estas nuevas técnicas como las que están empleando en el David para llevarlo a Resistencia, también. Con la aparición del escáner y las impresoras 3D se abre otro mundo completamente diferente; Piensen que un calco y los moldes para hacer ese calco tanto como para almacenarlos se necesitaban barracas gigantes y ahora una simple base de datos es suficiente.
EL PRIMER CALCO DEL DAVID EN BUENOS AIRES
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
Un calco de primera agua implica, en cierto sentido, un calco de fidelidad única. El término asevera que un calco que se presume es de “primera agua” o “primera colada”, tiene su lugar de nacimiento en el seno primero de la obra original. 1910 fue el año en el que se cumplía el Centenario de la República Argentina y veían con buenos ojos la prosperidad de nuestro suelo. Eduardo Schiaffino, quien a los dieciocho años fundó la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, basamento de la Academia Nacional de Bellas Artes y, junto a otros académicos e intelectuales del siglo XX como Leopoldo Lugones y Rubén Darío, fundó el Ateneo de Buenos Aires. Fue uno de los encargados, mientras presidía el Museo Nacional de Bellas Artes, en incorporar más de 3000 obras al país entre las que —se supone— se encontraba un calco de primera colada de el David de Miguel Ángel.
Visconti narra con la seriedad de un docente la sucesión de hechos que, aclara, son de tradición oral y propia:
Schiaffino fue el primer director del Museo Nacional de Bellas Artes nombrado en 1895. Fue el encargado de traer obras a la argentina, es más, le dieron un presupuesto y lo encargaron exclusivamente para toda esa tarea; él compraba obras de arte originales y también calcos y se exponían todas a la vez. Es decir, no existía una distinción significativa entre las obras y los calcos. Esa situación y entendimiento sobre el arte y el calco, como cualquier paradigma, pasado el tiempo, cayó en descrédito. Se pasó a valorar solamente la obra única lineamiento que terminó terminó de consolidarse en 1930. Dada esta modalidad prácticamente todos los calcos que habían en los museos fueron siendo relegados. En la actualidad, sin embargo, vuelve a cobrar impulso y validez la vigencia de calcos, sobre todo en la parte de conservación, restauración y patrimonio.
¿CÓMO LLEGÓ EL DAVID AL MUSEO ERNESTO DE LA CÁRCOVA?
Juan Carlos Visconti nos relata parte de la tradición oral que se conocía y fué transmitida por parte de docentes y escultores de los espacios que habitó el David tras su llegada al país hasta los de los años 60 donde (fraccionado, divido en partes) fue a parar al museo de la Cárcova.
El David después de su llegada al país estuvo expuesto en espacios que tenían la suficiente altura para contenerlo, como el Teatro San Martín y también -unos cuantos años- en una escuela técnica que es llamada Manuel Belgrano. Ahí es donde la pieza sufrió algunos daños severos porque los alumnos se subían arriba del calco y lo intervenían. La misma quedó escrita más o menos hasta la pelvis, que era la altura que los chicos lograban alcanzar. Posterior a esto, luego de los años que estuvo expuesta a la semi-intemperie, la superficie se vió perjudicada, por ende, la reconstrucción fue más complicada aún.
En el año 1960 el calco del David en partes (fraccionado) fue a parar al Museo de la Cárcova. El mismo se mantuvo así hasta finales de los 1970, cuando un equipo de escultores y artistas del museo decidieron rearmarlo. Más precisamente en el año 1981 se concretó el rearmado del David en la ciudad de Buenos Aires, Visconti nos detalla su labor en el armado:
EL REARMADO
Juan Carlos Visconti
En 1981 formé parte del equipo de rearmado del David. En ese momento, en la Cárcova había una restauradora y uno de los objetivos era precisamente el armado del David, que había estado durante muchos años debajo de una casilla un tanto precaria, debajo de una de las tipas que hay en la escuela. Había un equipo que estaba formado por ella, el maestro del taller Rodríguez, que era escultor, y fueron ellos quienes comenzaron la tarea. Luego me convocaron, hacía unos pocos años había egresado de la Escuela Superior. Con ellos se hizo todo el resto del trabajo, yo ayudé a terminar de armarlo, patinarlo y encajar las piezas. estaba armado de los pies hasta la pelvis nada más. Desencajados quedaban los brazos, el torso y la cabeza de entre cinco piezas que había que reunir. Torso y cabeza eran huecos, y de un espesor considerable, imagínense que la figura es grande y encastraban todos perfectamente.
Todo se manejaba por una ventanita que hay en la espalda de la pieza, llamada tassel. Por ahí se manipulaba y se estiraba con un tensor y un cable -del ancho de un cable de ascensor-. Teniendo en cuenta que el torso estaba digamos en la espalda, tres cuartos del cuerpo arriba, por ahí uno introducía la mano y empezaba a maniobrar y a manipular logrando tensar lo suficiente el cable y encajando todas las partes con presión.
DAVID SOCIAL, HISTÓRICO Y RELIGIOSO
Oscar de Bueno
Hay que ir entendiendo de a poco por qué esta la importancia, por qué esta obra, y por qué Fabriciano tuvo este sueño que por suerte se va concretando. Esta obra en principio tenía por finalidad representar una escena bíblica del antiguo testamento: el David que en su adolescencia enfrentó al gigante Goliat, el guerrero que dominaba su pueblo y cómo lo venció. Lo venció como dicen: con cinco piedritas, inteligencia y valentía. Esta escena bélica Miguel Ángel representa de otra manera. Todos los escultores encarnaban el momento posterior a la victoria, es decir, ya con la cabeza cortada y el David con la espada. Porque después que lo vence, lo noquea con la piedra, con la hondera, y le corta la cabeza. Pues bien, Miguel Ángel lo reproduce de otra manera. Lo representa en el momento previo a la pelea, por eso la tensión. Ahora, esta obra cobra importancia porque deja de ser algo bíblico – religioso y se transforma en una obra cívica con peso político. La obra iba a ser emplazada en la Catedral de Florencia y cuando ven la envergadura de la pieza en aquel momento político, -pensemos que esta obra se la encargan a Miguel Ángel cuando él regresa a Florencia después que son destituidos los Medici y se establece la democracia- deciden emplazarla en la Piazza della Signoria. Entonces el David deja de ser algo meramente religioso, y se transforma en una obra civil en donde el David representa la democracia, representa la belleza interna del ser humano, pero también representa la belleza de Florencia.
Es por eso que se armó un comité de 30 personas en aquel momento, constituida por personalidades como Boticelli, Leonardo Da Vinci, entre otros. Hubo debate por ver dónde se lo emplazaban y propusieron la Piazza della Signoria frente al Palazzo Vecchio, es decir, salió del centro neurálgico religioso que conllevaba catedral e iba al centro del poder cívico. Miguel Ángel apoyó la idea, y fue llevada a cabo. Estuvo allí hasta fines del siglo XIX. En 1870 fue trasladada al interior de la academia donde la vemos hoy.
PRIMER DESNUDO Y CONTRAPOSTO
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
Luego de entre seis y siete siglos en los que la censura del medioevo pesó sobre el quehacer escultórico y artístico, Miguel Ángel, cita la tradición del desnudo propio en la antigüedad y lo ejecuta a la perfección en su David. El desnudo significó, tradicionalmente, un símbolo de libertad; Miguel Ángel retrató la libertad y la verdad del ser humano. El Renacimiento -XV y XVI- ponía al ser humano en el centro de todo, del estudio, del análisis, y se desmarcaba del medioevo, que era dogmático y cerrado. A su vez, Miguel Ángel Bonarotti presenta con el David un contraposto, una manera muy utilizada por los escultores para darle ritmo a la posición humana. Esta técnica viene de la contraposición, por lo que las piezas de estas características en vez de apoyarse en las dos piernas, se apoyan más en una, el cuerpo resulta compensado. Si el miembro inferior izquierdo es el que está tensionado, el miembro superior derecho está relajado. Este recurso fue implementado por los griegos y luego lo tomaron los escultores romanos, en el Renacimiento.
Ahora, y para finalizar este repaso sobre la pieza original de Miguel Ángel, lo que nos llama la atención es la posición, que es sustancialmente o sensiblemente diferente a los otros. Si observan minuciosamente verán que las piernas se encuentran más separadas de lo que suelen estar los contrapostos. Esto se debe a que cuando a Miguel Ángel le encargan la obra y toma posesión del bloque de mármol para la misma, ese bloque ya había sido trabajado por un par de escultores que abandonaron la tarea por imposibilidad de concretar el proyecto.
RESISTENCIA: PUERTO SEGURO
Oscar de Bueno y Juan Carlos Visconti
La obra del David de Miguel Ángel se transformó, como dijimos, en una obra cívica representativa de la belleza de Florencia y de la democracia y fue vandalizada justamente por eso. Antes Oscar estaba señalando el hecho de que querían emplazarla frente a la Catedral o en el Palazzo Vecchio y eso determina el carácter de la obra también. Porque si hubiese puesto en la catedral, hubiera quedado bien asignado el carácter religioso en cambio y, al ponerlo frente al Palazzo Vecchio, se potencia la intencionalidad política de aquel emplazamiento. Algo de suma relevancia en las obras es su entorno; es importante resaltar que la gente cumple un rol fundamental dentro del espacio simbólico que rodea la obra. El entorno completa, de alguna manera, aquella frase “el contexto hace el texto”. Esto pasa en todo el mundo: las obras cobran este carácter simbólico y no lo maneja nadie; es el pueblo, el público, el transeúnte.
En Buenos Aires, la Pirámide de Mayo se ha constituido como el centro, el eje de todo tipo de manifestación política y social, de la defensa de los derechos humanos, algo que superó totalmente a la pirámide -mal llamada pirámide- en sí: este obelisco que fue creado para simbolizar a los héroes de las primeras batallas, a los que murieron en 1810, a los primeros mártires, los que dieron la sangre para la patria.
Como fenómeno social hay que estar atento a eso, hay que seguirlo, no tengo ninguna duda de que cuando se emplace en Resistencia este David va a cobrar también una relevancia dentro del público. Yo siempre digo que caminar por las calles de Resistencia es tomar una clase primero de la escultura argentina, ya que están casi todos los escultores y escultoras argentinos, sino que también de la escultura internacional de los últimos 30-35 años, esto enmarcado en las Bienales que determinan hacia dónde va la disciplina de la escultura. No por nada Resistencia ha sido declarada la capital nacional de las esculturas y sabemos que hay un seguimiento de la UNESCO para una futura declaración como patrimonio cultural de la humanidad por las esculturas.
Contenidos: Guido Moro y Virginia Quirelli
Arte: Brian Ariel Dufek
Editor: Marcelo Nieto